A I R L I A

viernes, 22 de mayo de 2009
BUENO BASTA
Ok, a ver.. de repente todo el mundo conoce este blog que dejé de usar hace tiempo, asi que si quieren leerme hoy en día, putearme, comentar, lo que carajo quieran, mi actual blog es el berenjenal

y lo voy a poner un par de veces más.

EGGPLANTFIELD
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EGGPLANTFIELD
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EGGPLANTFIELD

Los espero ahi, y perdón por olvidarme de avisar. orbuá

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martes, 18 de noviembre de 2008
me escapo porque no sé qué más hacer. soy un núcleo venenoso infectando todo lo que me rodea. me gustaría esperar algo mas de mi, pero estoy encerrada en una bola de odio que fue creciendo con el tiempo hasta devorarme. amar se me hace frío, pero esta bola se convirtió en un hogar cálido donde nadie me lastima. ya no creo en el poder de la palabra porque es un animal engañoso que te abraza con el fin de estrangularte, no veo el sentido de escuchar lo que se dice, leer lo que se escribe, escribir lo que se piensa. a mi parecer todo podría ser mentira. por eso creo en la violencia, que nunca tiene justificacion, que solo tiene un sentido. el que odia, lastima, y no hay palabra que pueda relativizar ese hecho. me aferro a mi odio y a mi violencia porque son lo único real, lo único tan espeso y concentrado que se hace tangible. y a diferencia de la gente, el odio me ama incondicionalmente, porque se le hace dificil conseguir alguien que no intente evaporarlo y aplacarlo. somos nuestro hogar mutuo. somos una eterna simbiosis.

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miércoles, 7 de mayo de 2008
Inicialmente quise hablarle en persona, pero no pude. Le escribí una carta. La carta decía: "todo era mentira". Me pareció que eso abarcaba todo, era concisa. Sin embargo, la contestación que recibí declaraba que mi frase era inentendible, y expresaba el deseo de una nueva correspondencia un poco más específica. La segunda carta decía: "lo que pensabamos que era verdad, todo eso, era mentira". Tal vez si le daba el panorama completo de lo que quería desmentir, ampliaría la información anterior. Pero no fue asi. Como respuesta, un simple: "Más claro, por favor". El cristal no sería mas claro, sin embargo, empeñada en que entendieran mis palabras, modifiqué el escrito y asi obtuve lo siguiente: "Me refiero a las verdades que, a lo largo de nuestras vidas, hemos estado creyendo como tales. Las mismas, como he comprobado recientemente, y sintiendo la necesidad de comunicartelo, son puras e indiscutibles MENTIRAS". Una semana después estabamos sentados frente a frente, con una taza de café de por medio, puesto que aparentemente mis cartas nunca eran lo suficientemente explícitas para mi destinatario. Esta vez la charla fue larga y desarrollada. Más que clara, la explicación había sido obvia. Días después, y para complacencia de mi ego, tuve la dicha de enterarme qué tan honda había sido la comprensión, puesto que mi interprete había saltado al vacío desde un octavo piso, dejando como nota al juez, mi primera, corta, concisa, inentendible, carta.

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sábado, 5 de abril de 2008
meterfuera
No tengo nada que decir, al alba mueren diez pájaros carnivoros, y con ellos mis falanges cansadas de saludar desde lejos.
Hace varios años que crecer dejó de ser lo mismo; hoy las páginas destiñen de poemas aburridos y dibujos de manos hastiadas, la mente duele de no pensar.
Quise que hubiera más penas irremediables, más corazones rotos, para que la teoría del artista que sufre solventara la falta de inspiración.. pero eso me hacía preguntar: Quiere decir entonces que esto es la felicidad?
Decidí que se necesitaba más que dolor en el alma para explotar en expresión.
Asi que me encerré en una gran metáfora para sentirme poeta..
Fue escrita con tinta invisible, en papel de arroz, y la colgué detrás de la puerta de tu garage, con una de esas chinches de colores que nunca sostienen nada ..
Llegaste dos horas tarde de lo previsto, asi que leiste mi metáfora en el momento en que yo navegaba en el mar absurdo del subconciente, y por alguna razón no tuviste el valor de despertarme.
El café de la mañana siguiente tenía el sabor de tus ojos mirando la angustia de poeta frustrada que reposaba junto a tu panel de herramientas. ¡Qué jodidos son ustedes los artistas!, me decías, y yo asentía con una sonrisa idiota porque nunca se me dió confesar que de chica soñaba con ser médica, y que de grande perdí la paciencia que se requiere para salvar vidas. Definitivamente ni los médicos ni los artistas podrían llamarme jamás a sus filas: tengo las manos torpes y mis dedos se amoldan perfectamente a un martillo, pero ni la pluma ni el pincel, y mucho menos el delicado bisturí, podrían hacer sino estragos estando bajo mi poder. Yo masticaba tostadas de chinche de colores, y vos hacías como que te habías perdido una parte de la historia, porque no te gusta hablar si no te preguntan. El día transcurrió como de costumbre.
Entonces años después recuerdo la metáfora y ya no existen ni el arte ni tus herramientas. Me convertí en una gran bola de aire denso, con las articulaciones podridas y los ojos enterrados en las cuencas. Ya no escribo en papel de arroz, ni quiero creerme algo que no soy. Mi estómago quedó sensible de mis épocas de jugar a la doctora y ver a mis osos de peluche ponerse inyecciones entre si, por lo que procuro no ver a la sangre directamente a los ojos.
Lejos quedaron ya mis años de poesía forzada y bohemia bien trajeada; hace décadas que en lugar de crecer torcida, solamente intento sobrevivir a la decadencia lo más que pueda.

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miércoles, 26 de marzo de 2008
acertijo
Indefectiblemente las puertas cerraron y

Hasta la última gota bebiste tu condena.
Al tiempo que mi respiración se detiene
Ves caer la última hoja del almanaque.
El sol encandila tus ojos en penumbras

Nadie te espera de este lado del puente.
Obedece desde ahora, ruego por dentro

Sabiendo que orar de nada sirve.
Oscura el alma del reo que no es perdonado,
Utilizará la parte corrupta de su ser.
Lascivo eras, lascivo seguiras siendo
.
Incluso bajo mi ala cuidadosa

Notas que el instinto te está llamando
Es imposible cambiar
Escapas de toda razón
Dibujas un nuevo mundo de terror.

Hasta el mar has de caminar
Espejando tu imagen en el silencio
Lavando en él toda felicidad
Pudriendo mi último gramo de cordura.

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sábado, 9 de febrero de 2008
memoire .
Sentía que me olvidaba algo, asi que volví sobre mis pasos las cuadras hechas, saqué las llaves del bolsillo, y destrabé la reja que separa el mundo real de mi departamento. Atravesando el extremo desorden, llego al centro de la habitación y recuerdo que dejé mi corazón sobre la mesa de luz. Suelo ser descuidada, pensé, pero esta vez me extralimité.
Me acerco a él cautelosa. Puedo imaginar que estará enojado por haberlo abandonado. Sin embargo, está silencioso, y eso, mas que tranquilizarme, me asusta un poco. Lo veo empequeñecido, la cara vuelta a la pared. Lo llamo en voz baja, pero no responde. El temor me paraliza a mitad del cuarto. Ahora puedo oírlo llorar bajito, como un crío. Pasan unos minutos donde nadie dice nada. Luego, gira y me mira directo a los ojos, enfrentándome apesumbrado. Intento expresar una disculpa, pero nada sale de mi boca. Me quedo ahi con cara de idiota, mirando sus ojos hinchados, y mi cabeza vá a toda pastilla tratando de decodificar mis errores, pero hay algo que me impide pensar con claridad. Solamente intentaba dejar de lastimarte, murmuro, con los ojos clavados en la mugre del piso, pero él no contesta. Sigue ahi, inmovil, terriblemente dolido. Vuelve a fijar su vista a la pared, de espaldas a mi. Qué hice, pienso, y principalmente, qué debería hacer. Pasan unos segundos, y luego se ilumina desde adentro, y comienza a hincharse. Cada vez está mas grande, y cae de la mesa de luz con un ruido esponjoso. Dejá de dañarte, le suplico, pero él ya no me escucha. Está decidido a mostrarme que no volverá a mi tan facilmente. Cuando la sangre empieza a saltar de su tejido expandido, comienzo a asustarme. ¡Para!, le grito, ¡estás destruyendo todo!. Gira lentamente y me clava la vista. Ahora sí está enojado, creció tanto que podría destrozarme con solo ponerme su aorta encima. Pensá lo que hacés, le imploro, todavía se pueden cambiar las cosas. Otra vez las lágrimas, su inestabilidad comienza a asustarme, temo que sufra un ataque de un momento a otro. Te necesito, y vos a mi. Las palabras salen con dificultad, pero esta vez se ha decidido a responderme, y su voz suena profunda y cavernosa, como si estuviera dentro de mi cerebro. Luego de decir eso, lentamente se deshincha, inundando todo el cuarto de sangre y lágrimas. Lo levanto con firmeza, y lo introduzco en mi boca. Lo trago dificultosamente, está demasiado reseco. Desde adentro me indica que esta será mi última oportunidad, y yo no lo dudo. No volveré a limpiar toda esa sangre una vez mas.

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sábado, 18 de agosto de 2007
- soñado -
Cuando vine a todo lo soñado, quise palpar una vez más lo eterno. Ahi estabas vos, con la mirada clavada en mis ojos. Yo, ofendida, retiro mi mano y me dejo penetrar por miedo. Gracias por todo, de nada. Por lo primitivo y por lo superfluo, gracias por lo carnal, y por eso otro también. Dejar de soñarte nunca fue parte del acuerdo, asi que me hundo en las sábanas antes compartidas. Me aferro a tu aroma de hombre-niño, me dejo golpear por la ausencia, por el hueco que dejaste. Atravieso el poliester del colchón. Es otro colchón, pero siempre el mismo, siempre tu colchón. El viejo, el gastado, el usado, el pervertido, el tuyo, el escondido, el escuchado, el de la cama. El que tiramos en el suelo en el verano. Las fantasías siempre fueron mi debilidad. Esas nubes esponjosas me atrapan, no me dejan caer. Mi mente las amasa para que sean cada vez mas cómodas e irresistibles. Suspiro, placer.
Ya estoy adentro. Otra vez gracias, ya desapareciste, sos recuerdo, sos olvido. No te veo porque soy una buena actriz, sé disimular la falta. Te escondo cada vez mas abajo, y vos hacés otro tanto. Gracias, de nada. Por lo ambiguo y por lo concreto, gracias por lo tangible, y por esas otras cosas. Esta vez camino por el pasillo conocido. ¿En la escalera?, ¿estás loco?, ¿que si me animo?, ¡claro que me animo!, ¿o acaso pensás que esto que ves acá soy yo realmente?. No, nunca lo pensaste. No tengamos miedo, el pasillo lo conocemos, lo usamos para algunas cosas, para otras no. Ahora suena el timbre, ahora también. Siempre es equivocado. Ahi adentro no lo era. Ella, o tal vez yo de nuevo, lo llamaba. Era la contraparte, la liberación, la realidad. Lo que podía salvarme de vos, pero yo no lo sabía. Ingenua abro la primera puerta, que por ser de telgopor no pesa más que mi madre o mi casa de plumas, que mi hermana de aire, que mis recuerdos de aromas increibles. Todo es flotar. Por fin cada cosa es difícil, cada paso es combustible encendido bajo mis pies. No escapo de mi cuerpo, nunca fui tan verdadera. Esta vez no me evanesco en agua porque la necesidad de terrenalidad es mas fuerte que el terror de lo que vaya a pasar después de esto. Ahi voy.
Atrás de esa reja otra vez tus ojos. Te tengo que atravesar, de eso no hay escapatoria. La cerradura grita y se retuerce, trata de auyentarme. Enrejar siempre sirve para proteger. Para no saber de lo que te perdés. Pero a veces no hay rejas lo suficientemente fuertes para detener la voluntad de un espíritu solitario. Me decido por la histeria, te esquivo, te evito. Otra vez yo soy la tierra y vos la brújula. Todas mis agujas señalan el norte y mi cuerpo muere por desmayarse en el tuyo, y llorar mi alma para regalártela. No, no me mires asi. No necesito que tus ojos timados me digan la verdad de nuevo. No quiero que me convenzas con tu propio dolor. Y ella no ayuda. Elijo matarla; ahora es humo. No quiero que me toques, asi que no lo hagas. La última reja me habla ahora. Me dice que la abra, que entretenerse en el último tramo siempre hace que perdamos la maratón; pero hace tiempo que quedé en el último lugar solo para esperarte. Igual vas a tardar en venir porque siempre vas primero. Ganá una medalla de oro para mi, soy tu única fiel.
Aquél que asi me mira no es nadie diferente a vos. Es tu contracara y por tanto también tu mejor apéndice. Pero al menos él viene a defenderme de él mismo. Gracias, de nada. Por la religion y la filosofía. Gracias por la psicología, y por eso que no hay que agradecer. Gracias, no, gracias a vos. Temo un poco a esta última batalla, no pensemos en maletendidos, ahora ya estoy adentro. ¿Quién tiene qué para decirme?, tengo el blanco dibujado en mi pecho. Si la balacera comenzara ahora, tal vez me volvería de acero. Pero todo se retrasa, me ablando y me derrito. Soy mi propia masa de nube, soy malvavisco esponjado. Alguien dispáreme ahora, me comeré cualquier munición que alcance mi cuerpo. No me toques para arrastrarme, si mis piernas ya no existen, ¿no ves?, son ruedas de un carro atado a tu cintura. Ahi voy de nuevo, no entiendo tus palabras. ¿Son palabras?, parecen suspiros. Se mezclan con los míos, ¿son suspiros?, suenan como gritos. Y mientras yo grito y vos suspirás, nuestras integridades están de nuevo etrelazándose. Ahora tu boca en mi espalda, y mi lengua en tu cuello. Tus manos me abrazan y mis piernas te aferran. No te escapes más de mis deseos.
Como enredarme en tu cuerpo no estaba en los planes, me deleito pensándote mio. Transformo el error en placer y el terror en ternura. Danzamos y nada importa, mi mente alcanza para ambos, a veces solo necesito tu cuerpo. ¿Terminaré alguna vez de agradecerte?. Debo crear memoria para empezar a imaginar. Gracias, de nada. Por el amor y el sexo. Gracias por dejarme muy sola, y por todo lo que aun no se me ocurrió que hay que agradecer. Dejo de gritar solo para seguir escuchando tus suspiros. El vapor que sale de tu boca, lo atrapo entre mis manos y le doy forma de lápiz. Te dibujo sonriendo. Junto a vos me dibujo a mi, y detras nuestro dibujo el cielo. Nuestras manos se unen y volamos en mi papel. Los sueños siempre terminan bien, las fantasías no tienen fecha de vencimiento. Como el miedo a la caída me llena el estómago de plomo, decidimos despertar a esa muchacha que duerme. Ingreso por su frente, atravieso el hueso frontal. No sé por dónde pensás entrar vos, porque al darme vuelta ya no estás ahi. Otras veces vi esta imagen, ahora todo es felicidad.
Desde afuera siento que me voltean noventa grados. Sé que llegó la hora de que las voces de mi cabeza dejen de decir lo que yo quiero. Me resigno. ya no me importa, vuelvo a creer que esta fue la fracción de segundo más hermosa que viví.
Gracias. Por todo y por nada. Gracias por esto y aquello también.

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lunes, 11 de junio de 2007
[ Índigo ]
Índigo se estaba muriendo. Apagó su último cigarro y arrojó al fuego su último atado, pues ya no le quedaba cuerpo que destruir. Dejó correr su última copa de vino por el desagüe y rompió su última botella, pues ya no había tristeza en él que requiriera desahogarse en alcohol. Tomó sus dos posesiones mas importantes. A la primera, una arrugada y resquebrajada flor de papel que su primera hija le había hecho como primer regalo en su cumpleaños numero treinta, la buscó en su libro favorito, la acomodó con cuidado, y la puso en una pequeña bolsa de papel blanco. Su segunda posesion importante ya estaba alli; se trataba de una bala ya gastada y oxidada por los años. Fue la primera bala que su cuñado le disparó; la primera vez que intentó matarlo. "Para que algo sea importante, no necesariamente debe ser algo bueno. Lo unico que distingue un objeto significativo del resto banal, es que este fue el inicio de ALGO", pensaba mientras observaba los antedichos elementos, tan adorados por él. La bolsa la enterró en la pequeña porción de tierra del jardín compartido de la pensión, y escupió el suelo a modo de despedida. Con una sonrisa, volvió a su habitación, se dispuso a abanicar el fuego, y cuando logró una llama abundante, colocó en ella con mucho cuidado, una a una, todas sus pertenencias. Comenzando por los libros. Luego las postales y cartas. Le siguieron los zapatos de goma, que largaron un humo verdoso y maloliente apenas hubieron tocado la lumbre. Asi se consumieron finalmente todos sus pobres bártulos. Solo quedaba en la habitación, luego de 5 horas de quema intensiva, la cama, el ropero, una foto de un perro negro, la ropa que tenía puesta, que especialmente había elegido como la que en mejores condiciones se encontraba, y, aparentemente, él.
Se miró al espejo por última vez. Dijo su nombre en voz alta: "Índigo". Suspiró. Sonrió. Besó la foto del único ser al que realmente había amado en vida. La abrazó contra su pecho. Se recostó en la cama, y se durmió para no despertar. Finalmente, felizmente.

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domingo, 3 de junio de 2007
Oy y Le
Con sensible promiscuidad se entrelazaban sus aconteceres.
Algunos, los mas intensos, habitaban noches eternas,
ambos florete en mano, escudriniando con su roma punta
los detonadores restos de demencia, irónicos, ambiguos,
y los enceguecedores ardores del deseo, restringidos, vanos.
Otro tanto estaba expresado bajo un desgastado vínculo,
insatisfecho en si mismo, que los parapetaba al vacio;
caían mirándose obsesivamente, y se estrechaban en sueños.
Finalmente, la mas extensa porción temporal, destinaba su curso
al universo de las liliputienses expresiones larvadas y subyacentes
que acudían fielmente a sus necesidades vehementes, abstractas,
los amainaba, los enardecía, los completaba, los embestía,
los destapaba, los bendecía, los acurrucaba, los enclarecía,
los alienaba, los unía, los conectaba, los satisfacía.

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martes, 29 de mayo de 2007
- espíritu liberado [cuento breve sólo separado por comas] -
como siempre perdida, en la búsqueda inconciente, hoy mi espíritu y yo quisimos volar lejos y las cadenas de la realidad nos ataron nuevamente al suelo firme, bonito y frio suelo firme, protégeme de toda calamidad que ocurra fuera de tu campo, quítame las ilusiones, déjame vacia de sueños y anormalidades, arrástranos y tortúranos, mátanos y ocúltanos, que hoy mi espíritu y yo buscamos nuevamente la rebeldía de la rutina, estamos intentando, bajo ninguna orden, destruir tu sincronismo, alterar los roles en este juego, buscamos liquidar todo rastro de coherencia, tomados de la mano vamos, mientras la locura se rie de mi, y el acero se convierte en raiz, y penetra la tierra, y se sepulta sin contemplaciones, obedeciendo, rozando nuestras narices en las espinas, nos hace arañar la imposible arena, rasga la piel y quema, y arde, sólo me queda mi espíritu ahora, aferrada a su etérea mano, a su inexistente realidad, ahora nada más puedo esperar que la fortaleza de mi atrofiada mente sostenga en pie la invención que debí crear para salvar la existencia banal de la continuidad estupida y desatinada de mi vida, un halo de lastimosa paz cubre su rostro perfumado en mentira, ambos sabemos el final, mientras intento no desaparecerlo, sé que él solo quiere escapar, regresar a la tierra de los consuelos ficticios, abrazar una vez más la distancia que lo separa de la firmeza, de la tangibilidad, y yo, que nunca tuve nada, que mi costumbre es perder, psiquicamente lo dejo ir, suelto su tibia mano, lo veo volar, lo veo feliz, y no por mucho tiempo, ya que adueñada de mis tobillos se encuentra la muerte, me saluda con confianza, y ahora me tomo de su brazo frio, y dejo que me guíe tranquilamente a los sótanos eternos, y mis cadenas son mas livianas al arrastrarlas, y mis pasos ya no se hunden sino que levitan con alegria, y mis ojos ya no ven, pero ella se apiada de mi fragil salud mental y me susurra que es mejor asi.

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Perfil

Nombre: debra ` -
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Tendencias: PLEAMAR. Nada ansío de nada, mientras dura el instante de eternidad que es todo, cuando no quiero nada.
Oliverio Girondo
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